domingo, 23 de octubre de 2011

Los empresarios del Tayrona

Finalmente parecemos tener a todos los que estan detrás del escandoloso proyecto.
Se trata de terrenos sagrados intocables para la intervención humana, el ecosistema de la Sierra Nevada de principio a fin y termina en las playas del Tayrona, son uno solo a pesar de la carretera que los divide que antiguamente no exísitia.
No entiendo la posición de Carlos Castaño, y que lo motivo a hacer esto. Estuvimos hace algunos años en un Curso de Ecoturismo en Riohacha, y el eje y base fue el ecosistema de la Sierra Nevada y tuvimos visitas guiadas al Tayrona, se hablo de la importancia de tener eco-guias etc etc, más nunca la creación de un Hotel 7 estrellas, es un magnicidio contra el lugar y las especies animales y bienes intangibles que son de todos...ni de los Davila Abondano ni eventualmente de six senses. Pensemos un poquito.....

La idea fue del exviceministro de ambiente Carlos Castaño Uribe. Los dueños del terreno, el grupo Daabon y prestantes familias del Magdalena. Los promotores, Mickmash, con inversiones, entre otros, de la multinacional Six Senses.

Carlos Castaño Uribe, exdirector de parques y exviceministro de Ambiente, gestor de la idea del hotel ecoturístico en el parque Tayrona. / Archivo particular  
Carlos Castaño Uribe, exdirector de parques y exviceministro de Ambiente, gestor de la idea del hotel ecoturístico en el parque Tayrona. / Archivo particular

El 24 de noviembre de 2009, con el propósito de buscar opciones para desarrollar un proyecto hotelero ecoturístico de alto nivel en Colombia, el empresario Stefan Saldarriaga, en representación de la empresa Mickmash, inspeccionó varios terrenos en el Magdalena. El recorrido se concentró en la zona de los ríos Mendihuaca y Buritaca y la idea era que fuera próximo a la ciudad de Santa Marta. Así surgió una de las iniciativas de mayor polémica en la actualidad porque compromete grandes intereses económicos y políticos.

Un mes después, de nuevo Stefan Saldarriaga regresó al Magdalena y formalizó su propuesta ante la secretaría de Turismo de Santa Marta. Lo hizo invocando los objetivos de la empresa Mickmash, dedicada a desarrollar proyectos de destinos únicos  en materia hotelera, en el contexto de la aventura, la ecología y el turismo. Además, Mickmash había ganado la representación exclusiva de la multinacional de la hotelería Six Senses, promotor de lujosos proyectos ecoturísticos en Vietnam, Tailandia, Jordania o las islas Maldivas.

A finales de enero de 2010, se produjo la tercera visita. Esta vez volvió a Santa Marta Stefan Saldarriaga en compañía de su hermano Juan Guillermo, ingeniero civil de profesión y residente en Estados Unidos, y un invitado especial: Itthi Yossundra, alto ejecutivo de Six Senses. En esta ocasión la reunión fue con el alcalde de Santa Marta, Juan Pablo Diazgranados, a quien le presentaron un balance de las observaciones realizadas en la región, y en especial el interés por un lote de 20 hectáreas en el sector de Palomino, en La Guajira.

La reunión terminó con un recorrido en yate por las costas del caribe, en particular por el parque Tayrona, donde el visitante exteriorizó su admiración por el enorme potencial de este escenario. Pero como el interés estaba centrado en el terreno de Palomino y la multinacional Six Senses respaldaba esta  opción, los voceros de Mickmash retornaron a mediados de  febrero, en esta ocasión acompañados por uno de sus más entusiastas promotores: el empresario Felipe Santos Calderón, hermano del presidente Juan Manuel Santos.

En Santa Marta los recibió un experto en asuntos ecológicos, Carlos Castaño Uribe, exdirector de Parques Nacionales,  después nombrado viceministro del Medio Ambiente en septiembre de 2010. Él fue quien le bajó el entusiasmo a la gente de Mickmash, y por extensión a la multinacional Six Senses, al advertir que el área escogida en Palomino correspondía a una zona de resguardo indígena, por lo cual su realización sería muy compleja. No obstante,  como lo admitió a El Espectador,  ofreció colaborar para la búsqueda de una alternativa.

La prueba es que entre marzo y abril de 2010, preocupados por las observaciones de Castaño Uribe, los voceros e inversionistas de Mickmash siguieron buscando un  lugar para su proyecto. En uno de tales viajes estuvo Omar Romero, director de desarrollo de Six Senses. Evaluaron una posibilidad en la región de Dibuya, pero la descartaron por tratarse de una franja de protección étnica. Fue entonces cuando Carlos Castaño Uribe propuso que se hiciera en el parque Tayrona, entre los sectores de Cañaveral y Arrecifes.

Castaño comentó a El Espectador  que su idea era que el Estado recuperara esta zona, hoy en manos privadas, para desarrollar un proyecto controlado por la Unidad de Parques Nacionales. Un esquema de asociación entre el sector público y la empresa privada, regido por autoridades nacionales. La idea cuajó y ese mismo día, según detalló a este diario uno de los consultores de la iniciativa, hubo una reunión en el condominio Marino Sierra Laguna en Santa Marta para darle curso al proyecto buscando los socios determinantes.

Aunque Castaño recalca que no siguieron sus recomendaciones al pie de la letra, quien sí fue consultado y manifestó su  apoyo e incluso propuso coordinar con Proexport el soporte a Mickmash y Six Senses, fue el entonces vicepresidente Francisco Santos. La evidencia es que a la siguiente visita de  Saldarriaga, estuvo acompañado por la funcionaria de Proexport Shalma Díaz Granados, pariente del actualministro de Comercio Exterior Sergio Díaz Granados, por ese entonces presidente  del gremio hotelero, Anato. Ese mismo día, se hizo el contacto con uno de los dueños del terreno: el grupo Daabon de la familia Dávila Abondano.

En las oficinas del grupo, con la presencia de algunos de sus socios, se diseñó una hoja de ruta para que Six Senses adelantara el proyecto en el sector de Arrecifes, dentro del parque Tayrona. Los inversionistas de Mickmash se comprometieron a conseguir todos los permisos y licencias necesarios para sacar adelante la iniciativa y se puso en marcha una hoja de ruta de contactos a nivel nacional para que tuviera éxito la construcción de un hotel de siete estrellas, como lo anunció el presidente Juan Manuel Santos en septiembre pasado.

El siguiente paso era lidiar con los dueños del terreno, pues a pesar de que el parque Tayrona es un área protegida, hay títulos de propiedad y detrás de ellos están algunos miembros del grupo Daabon, un grupo empresarial de carácter familiar que nació en 1914 con cultivos de banano y ganadería en el departamento del Magdalena, que hoy, ya por su tercera generación, puede tener ingresos del orden de los 120 millones de dólares al año, al tiempo que representa el mayor empleador del Magdalena con más de 2.000 trabajos directos.

El 24 de marzo de 2011 , en la Cámara de Comercio de Santa Marta, se constituyó la empresa Promotora Arrecifes S..A.S., con el objeto de desarrollar proyectos ecoturísticos. Como miembros principales de la Junta Directiva quedaron Manuel Julián Dávila Abondano, el director comercial del grupo, y Simón Solano Tribín, esposo de Claudia Dávila, quien a su vez quedó al frente de la gerencia. Otros miembros de la familia Dávila Abondano quedaron registrados como integrantes suplentes de la gerencia y la junta directiva.

Lo demás es historia reciente. El presidente Juan Manuel Santos anunció en uno de sus acuerdos para la Prosperidad que Colombia iba a tener su primer hotel de siete estrellas, y que éste tendría forma a través de la empresa internacional Six Senses en el parque Tayrona, en el departamento del Magdalena. Desde ese día la polémica no cesa. Y menos desde que se supo que el Ministerio del Interior certificó que, desde el punto de vista geográfico y espacial, no había comunidades indígenas en el sector Arrecifes del parque Tayrona.

Hoy es claro que detrás del ambicioso proyecto en el Tayrona está el grupo Daabon con su poder empresarial en el área de la comercialización de productos orgánicos, el negocio del biodiesel o la producción de aceite de palma, pero también con sus  escándalos por derrames de aceite vegetal en el sector de Taganga o  los millonarios beneficios que recibió en el programa Agro Ingreso Seguro. Junto a Daabon está Mickmash de los hermanos Saldarriaga y la multinacional del ecoturismo Six Senses.
El resto del negocio lo llenan los otros dueños del terreno: las familias Dávila Zúñiga, Castro Guerrero y Solano Tribín. Todas familias acomodadas del Magdalena. En las trascena de las decisiones está la Fundación Pro Sierra Nevada, quien tendrá que hacerle un seguimiento al caso y dar la última palabra. Con un detalle adicional, por su carácter independiente la Fundación tiene un peso muy grande sobre los Mamos de la Sierra. De alguna manera en sus manos también está el futuro de un proyecto que tiene agitado el mundo ecológico.

“Me  encanta el proyecto”: Felipe Santos Calderón
“Conocí el proyecto, me reuní no una sino varias veces con los hermanos Saldarriaga en Bogotá y en Santa Marta. Es cierto que ellos me buscaron y que el proyecto me encanta. Carlos Castaño Uribe estuvo con nosotros. Pero apenas conocí de las intenciones electorales de mi hermano decidí marginarme del proyecto. No acepté, a pesar de que me parece una muy buena idea”. En estos términos se pronunció el empresario Felipe Santos Calderón frente a los comentarios de su presencia en las reuniones preparatorias del proyecto del hotel de siete estrellas en el Parque Tayrona.

 http://www.elespectador.com/impreso/nacional/articulo-306953-los-empresarios-del-tayrona

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